lunes, 8 de febrero de 2010

Desvivirse

"Hay que desvivirse por los demás". Gracias a Dios, y seguramente no lo podría haber dicho mejor y más exactamente, en mi circunstancia actual oigo esa expresión a menudo, aunque a mí me la enseñó mi madre. Dice la RAE que uno se desvive cuando muestra incesante y vivo interés, solicitud o amor por alguien o algo. Y ¿dónde está el nexo? En la experiencia: nadie que haga, o intente hacer, lo que dice esa definición dudará: amar es desvivirse. Y desvivirse es quitarse la vida a uno mismo: matarse por otro, morir por otro. Por eso Benedicto XVI, cuando aún no era Santo Padre, decía algo tan fuerte, verdadero y brillantemente expresado como su "el amor es un acontecimiento mortal" porque, explicaba, exige la muerte de mi yo para que viva su yo: un tú. Y, puestos a elevarse, así hay que entender el sacrificio de la víctima que el cristianismo dice ser la única relevante: Jesús. También, por cierto, lo dijo Él: "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos". (Jn 15, 13 ). A esto se le llama escalar. Y no está mal, por hoy. Mi consuelo es que hay todavía gente que intenta vivir así.

2 comentarios:

  1. si,estoy de acuerdo...pero es una muerte que da vida¿lo pillas?¿a que no sabes quién soy?

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