viernes, 20 de noviembre de 2009

Introducción

Nuestras palabras y nuestro mundo tienen bastante que ver. Fue Wittgenstein, aquel pecualiar y genial filósofo vienés, quien llevó a extremos insospechados la unión que hay entre ambas realidades. "Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo", o "de lo que no se puede hablar, es mejor callar", o, incluso, "lo que no se puede decir, es posible sólo mostarlo". Muy místico. Y muy de acuerdo estoy con él, dejando de lado alguna que otra salvedad importante.
En este blog se pretenden escribir pensamientos sobre las palabras, sobre los modos de decir que, aun ya pasados, tuvieron plena vigencia. Y sobre las causas, a veces evidentes, de su pérdida de actualidad. Y sobre las etimologías sorprendentes de las palabras... Mucho tema.

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