martes, 16 de marzo de 2010

Obvio

Dice la RAE que obvio es lo que se encuentra o pone delante de los ojos, o aquello muy claro o que no tiene dificultad.
Pero lo que sí tiene dificultad -aunque mínima- y, sobre todo, mucha gracia, por lo visual, es su etimología. Tenemos dos posibles ramas, que se juntan en un mismo tronco:
Primera rama: obvio viene de "obvius, obvia, obvium", un simple adjetivo, cuya definición -literal- es "que se encuentra en el camino, que sale al paso" o "que está al alcance de la mano, fácil, obvio, antarual, afable" o incluso "expuesto a".
Segunda rama: la palabra "obviam". "Exite obviam ei" (Mt. 25 6; es decir, la parábola de Jesús en que a las diez vírgenes, las necias y las sabias, se les anuncia que ha llegado el esposo, al que hay que ir a recibir). "Obviam" es aquí, según el diccionario, un adverbio que rige dativo, y que significa "al encuentro" o "encontrar al ecuentro" o "ir al encuentro". Pero es de sentido común (iba a decir que es obvio) que "ir al encuentro" significa salir al camino, ir a buscar a alguien a su
vía, por donde va a pasar.
Y el tronco en que se juntan las dos ramas. Las dos ramas son así porque se forman de "ob" y "via". "Ob" es ante: "ob oculos", ante los ojos; y "Via" es de "via, viae", camino, vía. O sea, que obvio es "lo que tengo ante mí en el camino".
Y la conclusión que me gustaría sacar. Algo es obvio, etimológicamente, si es todo lo dicho. Y algo es obvio si es sencillo e inmediato a la mente. Hay que juntar las dos cosas y hallaremos, con gran sorpresa, que nuestro lenguaje es -como siempre- realista, o, si se me permite un tecnicismo, epistemológicamente o gnoseológicamente realista. Se fija en qué ocurre y forma una palabra que así lo describe. Y la metáfora usada es perfecta: la realidad se nos impone, nos sale al encuentro, a la vía. Nada que ver con el grosero subjetivismo cerril de según qué filósofos, que piensan haber creado la realidad por el hecho de que tienen dentro de sí (de modo obvio) unos conceptos... En fin, realismo.

martes, 2 de marzo de 2010

Escándalo

Del griego σκάνδαλον a través del latín scandălum. Tropiezo, trampa puesta al enemigo, ocasión de caída. Todo eso. Es el otro motivo por el que hay que tener presente a los demás a la hora de actuar. Mis acciones no pueden hacer caer a los demás, a pesar de que a mí no me produzcan una caída al suelo. No está mal.

Desdecir

Dice la RAE que, en su tercera acepción, "desdecir" significa, "dicho de una persona o de una cosa: Degenerar de su origen, educación o clase". Su uso habitual, o el que oí hace poco (cosa que hace que escriba esta entrada), sería utilizado en frases como "eso desdice de ti".
Me interesa esa palabra porque mantiene dos notas que me interesan. Conecta, en primer lugar, el decir con el ser. El decir algo con que ese algo que digo sea así: digo las cosas que digo porque pienso que son así. La verdad definida como "digo que es es así". Esto es totalmente griego. Sólo que se usa de modo negativo. Esto desdice de ti. Es un verbo intransitivo en el que las cosas son el sujeto, y no la persona, que es pasiva. Dicho otra vez: tus acciones dicen algo de ti. Te dicen o te des-dicen, te dicen mal, te mal-dicen... Todo esto, pero más desarrollado.
El segundo aspecto, unido al final del primero, nos lleva a la importancia de cierta buena fama. Cierta buena fama, porque no toda buena fama es buena. Hablo de la fama en el buen sentido: no actúo para que los demás me vean hacer el bien, pero sé, al actuar, que me ven (hacer el bien). La versión negativa, el escándalo.